Han pasado meses desde la última vez que me senté a escribir aquí, y no porque haya estado de brazos cruzados, ¡todo lo contrario! Mi vida en la granja ha sido una mezcla fascinante de tierra, sudor y código. Hoy quiero contarles un poco sobre lo que he estado haciendo: criando cerdos, cultivando cacao y, lo que más me emociona últimamente, creando soluciones tecnológicas para el mundo agrícola.
Los cerdos: Mis inesperados compañeros
Todo empezó cuando decidí darle una oportunidad a la cría de cerdos en la granja. No les voy a mentir, al principio fue un caos. Entre el olor, las madrugadas alimentándolos y aprender a mantenerlos sanos, hubo días en los que me pregunté si estaba loco por meterme en esto. Pero con el tiempo, esos animales se convirtieron en algo más que un proyecto: son una lección constante de paciencia y cuidado. Verlos crecer, entender sus necesidades y optimizar su alimentación con lo que producimos aquí mismo ha sido una experiencia increíble. Además, no hay nada como el orgullo de saber que estás criando algo con tus propias manos.
El cacao: Un cultivo con alma
Paralelamente, he estado inmerso en el cultivo de cacao. Si alguna vez han probado un chocolate artesanal de verdad, sabrán por qué me apasiona tanto esto. El cacao no es solo una planta; es un proceso que requiere amor y precisión. Desde preparar la tierra, cuidar las plántulas bajo el sol abrasador, hasta cosechar esos frutos dorados llenos de semillas, cada etapa tiene su magia. Este año logré una pequeña cosecha que me tiene soñando en grande: tal vez pronto pueda compartir con ustedes un chocolate hecho 100% en mi granja.
Tecnología para el campo
Pero lo que realmente ha ocupado mi cabeza (y mi tiempo libre) es un proyecto que une mis dos mundos: el agro y la tecnología. He estado trabajando en soluciones tecnológicas pensadas para facilitar la vida de quienes, como yo, se ensucian las botas todos los días. Imaginen sensores que monitorean la humedad del suelo para el cacao, aplicaciones que registran el crecimiento de los cerdos o herramientas que optimizan el uso de recursos en la granja. No soy un experto en programación, pero con prueba y error (y muchas tazas de café), estoy desarrollando prototipos que podrían cambiar la forma en que trabajamos en el campo. Mi idea es simple: usar la tecnología para hacer el agro más eficiente, sostenible y accesible.
Lo que viene
No ha sido fácil balancear todo esto. Hay días en los que paso de alimentar cerdos a ajustar líneas de código, con las manos aún oliendo a tierra. Pero cada paso me acerca más a una visión que me motiva: una granja que no solo produzca alimentos, sino también ideas. Pronto les contaré más sobre cómo avanza mi proyecto tecnológico y, quién sabe, quizás hasta comparta una foto de mis cerdos o una barra de chocolate recién hecha.
¿Ustedes qué opinan? ¿Les gustaría saber más sobre la cría de cerdos, el cultivo de cacao o las soluciones tecnológicas que estoy explorando? Déjenme sus comentarios, que siempre me encanta leerlos. ¡Nos vemos en la próxima entrada!
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